domingo, 9 de diciembre de 2012

La distancia.

La distancia es un problema; otras veces, todo un lujo. El caso es que duele, esa separación desgarra el alma, que quiere salir a reunirse con la de la otra persona. Pero no es posible. Porque esa distancia nos hace prisioneros de nuestros propios cuerpos. Como diría Platón: "el cuerpo es la cárcel del alma".