Estoy segura de que su infancia ha estado plagada de imágenes coloreadas, alocadas, capaces de hacer cualquier cosa. ¿No saben de qué hablo? ¡Estoy segura que sí! Me refiero a esos que cuando precisan de cualquier instrumento (ya sea un hacha, un vaso de agua o una nueva indumentaria) lo sacan de detrás de un árbol, o de una piedra, o de su propia espalda.
También me refiero a esos a los que se le cae encima una gran roca, o un piano desde un quinto piso, o ¡un yunque! Y yo que no sabía para qué valía eso... Y con el golpe, simplemente se quedan aplanados, o pierden plumas si tienen, o se hacen un chichoncito de nada. Pero al momento recuperan el volumen, se visten con un traje de plumas nuevo o el chichón se les baja. ¡Con razón no tienen miedo a darse los golpes que se atizan! Si no les pasa nada, al siguiente capítulo, o incluso al final del mismo, ya están como nuevos. Yo creo que esto confunde a los niños, porque pueden pensar que lo normal es que a los patos se les caigan los picos o darle una patada y que su amigo vuele por los aires.
O bueno, ya el colmo cuando están corriendo hacia un precipicio y permanecen mirando hacia el vacío un ratito, hasta que miran a la pantalla con cara de susto, y caen dando vueltas o haciendo piruetas en el aire. Pero no pasa nada, caerán cara en suelo con los brazos estirados paralelos al suelo y las piernas por arriba... y eso no los matará. No es que tengan siete vidas, es que son inmortales (Irene, que no existen en la realidad, tonta...). ¡Es verdad! Pero podrían ser un poco más realistas, digo yo.
Yo creo que los dibujitos absurdos por excelencia son los de la Warner Bros. Sí, esos que están pensando: el cerdito del "Eso es todo, amigos", el pato Lucas, el marcianito Marvin (con cuya pistolita desintegraba a todo el mundo), el gallo Claudio con su voz con gallos -es lo suyo- y cómo no, el famosísimo Bugs Bunny, que es el conejo más odioso que podrían haber elegido, con lo monos que son los conejitos. Todo el día con la zanahoria y una tranquilidad que me pone de los nervios. ¿Cómo se puede estar tan tranquilo si hay un calvito que te persigue con su pistola? Aunque claro, el calvito tampoco es que sea una eminencia el pobre, porque para que lo burle un conejo hay que ser más bien torpecillo.
Y a esta familia pertenece también el coyote que era primo hermano del calvito mencionado y el correcaminos, que era muy espabilado para el cerebrito que debía tener. ¡Y cómo corría! Sobre un óvalo de nebulosa de color azul y gris, pretendiendo hacernos creer que esas eran las patas...jo -Irene, que no son reales- ¡A callar!
Después tenemos a Disney y sus maravillosas criaturas que llegaron a televisión de todas las formas posibles. Que yo recuerde así ahora, me vienen dos series de esta familia dibujantil: La House of mouse, en la que un tío de voz interesante hablaba y presentaba juntos a los personajes distintos episodios y cuya canción era la mar de pegadiza, y esta otra que se veía que estaba hecha por ordenador y en la que Mickey (léelo con su voz, verás como te ríes) interactúa con el telespectador. Es el precedente de Dora, vamos. Y en esa serie, Mickey se iba de aventuras con un mapa y una bolsa invisible con "mickey-herramientas" (la originalidad del nombre es impresionante). Pero Mickey es algo torpe y tal vez flojo y preguntaba al niño que supuestamente debía estar muy atento frente al televisor cuál era la mickey-herramienta que debía utilizar. Y yo no he visto cosas más raras... Y antes de ofrecerle las herramientas entre las que debe elegir, ¡las tiene que llamar! Pronunciando unas palabras que jamás adivinaré en otro idioma y diciendo la palabra que según yo oigo es "ochurros" o algo así, pero aquí os lo dejo para que interpreten ustedes.
Con Mickey, no olvidemos a su amigo Donald, vestido de marinerito y que, a diferencia de Mickey, solo tiene pudor en la parte de arriba, pero no le importa que se le vea la cola, lo importante es esconder su pecho plumado (?). Mickey más guay que nadie, en plan Espartaco con unos calzones rojos y unos zapatos que son barcas (a la española) y unos guantes -todo muy lógico-.
Y la voz de Donald, que parece un gato con una bola de pelo en la garganta, la cual tantas y tantas veces hemos intentado imitar. Aunque no sé cuál es peor: porque luego está Goofy, con una voz aguda que se parece un poco a la del ratón, peor con gallos -es el relativo al gallo Claudio de los otros-, y por último, Pluto -"hahá, vamos Pluto" (con voz de Mickey)- que es un animal pero al pobre Disney no le dio la facultad de hablar, nadie sabe por qué. Es un poco flipante que un ratón tenga como mascota a un perro, pero en fin, no olvidemos que todo es ficción. Porque puestos a quejarnos, podríamos poner en duda qué es el señor Goofy, porque según yo creo es una especie de perro, pero mayor ya, con arrugas y eso (y un gorro verde, para ridiculizarlo algo más, que no combina en absoluto con una chaquetilla cutre de pirata sobre una camiseta naranja... sin comentarios).
Y ahora pasamos a Las tres mellizas, con ese título tan absurdo. ¿Nunca se han parado a pensarlo? Mellizas no pueden ser más que dos, si fueran tres, ¡serían trillizas! Ante esto, cabe reflexionar de dos modos: o el creador no tenía ni idea y simplemente se equivocó, o el traductor del catalán al castellano, no sé muy bien. El caso es que estas tres protagonistas, Ana, Helena y Teresa, no se cambiaban nunca de ropa, ni de lazo del pelo. Tenían algo más sentido de la moda que los anteriores porque al menos se combinaban el chaleco del pichi con el lazo, pero no se lavaban demasiado.
Pero yo creo que lo de lavarse y cambiarse de ropa no es costumbre en los mundos animados, ¿eh? Porque tienen un armario más bien cortito. Como en Los Simpsons, que como mucho tienen la ropa de "diario" (al pie de la letra) y la de los domingos, cuando van a misa.
Aunque no sé qué es peor. Yo no sé cómo lo verán ustedes, pero a mí personalmente me da algo parecido al coraje cuando me cambian las voces, o los dibujos están peor hechos... No entiendo por qué la verdad, pero es como que me siento traicionada o algo así. Descripción gráfica:
Y por criticar, podríamos hacerlo de Dora, una niña con pocas luces que tiene un amigo mono y que habla con su mochila... Por no hablar de sus momentos de silencio, en los que se queda "pillada", como intentando recordar un guion o algo así. Ella es así. (Tó chula en la foto).
O también podríamos hablar de Pokemon, que ya no sabían cuál inventar, con los nombres más dispares ya los habían creado a partir de toda clase de animales. Al principio eran tan solo 150 y el de la canción te animaba a "hacerte con todos", pero ya me parece un imposible. Con Ash tan joven y que nunca crecía, y yo queriendo que acabase con Misty. Brock, que yo creo que era gitano, pero no le pegaba en absoluto el doblaje, era demasiado femenino para mi gusto... Y Pikachu, que no evolucionaba por nada del mundo. Él nació especial y tampoco quería pokeball ni cosas de esas... En fin, otro personaje bueno.
También tenemos a Bob Esponja, que aunque no quisieron hacer la traducción , yo os la digo: La esponja boba. Es una esponja, como ya digo, cuyo mejor amigo es ¡una estrella de mar! Y ahora yo digo: vale que todos los dibujitos sean animales y que puedan hablar... vaaaaale. Vale que una estrella de mar pueda considerarse un animal, aunque para mí sin ojos ni boca es como que me parece un ser interte... Pero lo acepto. ¿Pero una esponja? Ya es pasarse, ¿no? Que es lo más soso de la naturaleza, y está viva porque se reproduce, prácticamente... Bueno, y lo hace por esporas, así que tampoco es que sea muy normal. Que me niego. En cierto capítulo se confesó la homosexualidad de Bob y ahora yo reflexiono: Si es una esponja, NO TIENE SEXO. ¿Hola? Se reproduce por esporas. Y tampoco le gusta Arenita, no... Aunque menos mal, porque ya que se enamoren una esponja y una ardilla me hubiese parecido un abuso. Que también me imagino al creador de estos dibujitos al crear los personajes. ¿No habrá seres marinos, que hay más que en tierra, para tener que escoger a una ardilla? ¡Una ardilla! Pero vamos a ver, coge a un lagarto de agua o algo más ambiguo, pero una ardilla de mar NO EXISTE. ¿Y cómo lo soluciona? Pues la disfraza de astronauta y todos contentos, aunque eso cuando se acuerda, porque a veces la deja respirar en agua sin ahogarse.
Por último, no puedo resistirme a hablar de Doraemon, el gato cósmico. Increíble. Son los dibujitos más repetidos, junto con Los Simpson, que me han perseguido desde que nací. Resulta que el protagonista es un niño con gafas -para fomentar los tópicos- que es un poco cortito de entendederas. El chaval digamos que no tiene el don de pensar y, por ello, va a buscar a su gato -cósmico- que es AZUL -repito: un gato AZUL- que tiene un bolsillo semicircular del que saca de todo. Y cuando digo de todo es de todo. Y de los inventos más crueles que se puedan imaginar los niños. Entre que el chaval es un poco idiota y el gato le da unos objetos difíciles de usar y con muchísimas condiciones de uso que ni siquiera explica (por ejemplo, que puede acabar con el mundo. Gracias, Doraemon, un poco tarde para decirlo ahora), está aviada la serie.
Me acuerdo cuando vi el capítulo en el que Doraemon se convertía en un gato azul y sin orejas. Le pasaba algo en los oídos, se le infectaban o algo así y se los tenían que cortar, y al mirarse al espejo, de la impresión se quedó azul. Ida de olla donde las haya del japonés, que estaría cansado de pensar ese día y quizá falto de imaginación.
Bueno, con esto pongo fin a mi entrada de esta semana. Espero que hayan recordado un poco su infancia y se hayan reído un poco. Al menos, eso pretendía.
Feliz semana a todos.
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