domingo, 3 de febrero de 2013

Sobre el dolor.



...y otros desastres.



Antes que nada, dejo aquí una reflexión que hice tiempo ha en mi blog personal sobre este asunto:

El Dolor es somo una sombra que habita en esa habitación del fondo que cerramos bajo llave. Lo alimentamos y lo alimentamos hasta que un día, que siente que esa habitación es demasiado estrecha para él, sale sin pedir permiso.. -no vayamos a pedirle educación, al fin y al cabo, es el Dolor..- Sale y lo inunda todo. Se extiende por los vasos sanguíneos como un eco sordo. Pero la peor parte del Dolor es cuando araña. Cuando te echas a llorar y sientes cómo retuerce tus entrañas y provoca un daño agudo en el que, por alguna extraña razón, te regocijas.. Y es adictivo. Mientras más lloras, más araña; mientras más araña, más lloras. Y te sientes pequeña y débil y, siendo que nunca te dejas sentirte así, te aferras un poco a ese momento.. Y entonces, paras. Porque el Dolor no puede extenderse más y ya escapa derramándose por quién sabe qué rendijas. Encierras el restante -nunca su habitación queda vacía- al fondo y bajo llave de nuevo. Te miras al espejo, suspiras, te das puta pena, te ríes y te dices: Y ahora, adelante otra vez.. Y al fin, te metes en la cama y logras lo que has deseado a rabiar mientras llorabas:  desaparecer un poco. Exhausta.. 

Personifico a esta sensación porque sin duda, en ocasiones, parece ensañarse tanto con nosotros como si tuviese personalidad propia y esta fuese cruel y despiadada. A veces el Dolor incluso cobra forma; y tiene facciones -unos ojos bonitos, una piel suave- y quizá viste de colores cálidos (...) Pero siempre son preferibles sus rabietas devastadoras a esos períodos en los que pasa trenzando hilos de desesperación con los que más adelante vestirás, porque en esos intervalos, ves cómo se avecina y cómo la correa se cierra en torno a ti... El Dolor es como un parásito que todos llevamos dentro. Un inquilino que se alimenta de nosotros y nos consume simultáneamente. 

Hay veces... Hay veces en que la Esperanza es "esa puta que viste de verde" y la odio, porque me hace creer en vano y luego las heridas duelen más. Pero hoy... Hoy vendería mi alma por un poco de esperanza, un rayo verdoso de luz que cambiase los tonos a este gris ceniza en que solo veo desolación.

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