domingo, 18 de noviembre de 2012

Así, así. Ni un paso atrás. Contra los recortes: ¡huelga general!

"- ¿Haréis huelga? ¿Creéis  que servirá de algo? Venga ya... todo el mundo sabe que las huelgas no arreglan nada"

Actitud pasiva. Conformismo. Despreocupación. Ausencia brutal de empatía. Ni gota de sangre en las venas. 


¿Así hemos llegado hasta donde estamos? ¿Así hemos cambiado las cosas a lo largo de los siglos? ¿Así hemos conseguido el sufragio universal, condiciones laborales y el derecho a una vivienda dignas? La respuesta ya la conocen. 

Estamos a punto de perder todo lo conseguido el siglo pasado. Los cimientos tiemblan y el pueblo se echa a la calle. Mas, los opresores de los que hablaba Marx siguen presentes. Esta vez, de azul y con porra en mano. 



Como luchas por tus derechos, voy y te doy con la porra en las piernas. Para que cada vez que gimas de dolor al caminar, te acuerdes de que no puedes contra nosotros. O tal vez, para que no te levantes contra el poder.

Ja-ja-ja. Qué sentido del humor tan inteligente tienen (¿Ironía yo?)

Total, que como tienen el apoyo de "los de arriba", pues hacen lo que les da la gana, hablando mal y pronto. ¿Sabéis que se ha recortado en sanidad y educación pero que se ha aumentado casi en un dos mil por cien los antidisturbios? ¿Esto qué es? ¿Irracionalidad y violencia gratuíta? Preguntadle a don Alfredo por esos dos términos, ya veréis a qué os lo liga. 

Volviendo al tema, que me emociono.

¿Sabéis para qué ha servido esta huelga? Para demostrar que el pueblo español está en contra de las medidas que se toman. Para hacer ver que, por mucha manipulación de prensa que exista, no pueden esconder a millones de personas; no pueden acallar sus gritos. 

                                                               Madrid, noche del 14n

A mí que no me vendan que la Huelga no tuvo apoyo y que "la jornada transcurrió con normalidad". 
A mí que no me vendan que con las huelgas, que con mi lucha, no se consigue nada. 
A mí que no me vendan que "esto es lo que hay".
A mí que no me vendan que no debemos pronunciarnos, por salvaguardar "la imagen de España".
A mí que no me vendan que cualquier tiempo pasado fue mejor. 

Yo no pienso comprar nada de eso. Me niego. 

Mis abuelos estuvieron dispuestos a dar su vida por nuestro bienestar. Ellos, aun al ver que las posibilidades de salir victoriosos con "la quinta del biberón" eran escasas, acudieron. Pintaron las calles, se reunían en secreto, publicaron periódicos clandestinos, enterraron a familiares heridos de guerra -o ni siquiera esa oportunidad tuvieron-, lucharon, lucharon, lucharon y lucharon. 

A mí me daría vergüenza decirles a mis nietos que no moví un dedo por ellos.


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