sábado, 3 de noviembre de 2012

Tras la sombra de Peter Pan

Todos nosotros hemos sido niños, todos hemos sentido ese ansia por no crecer, por vivir en la magia del mundo, por ir al País de Nunca Jamás. La infancia es la mejor etapa de la vida, porque se vive sin preocupaciones, sin odios, sólo con alegría y juegos, eternamente
jóvenes y con todo el tiempo del mundo. Los escritores clásicos lo sabían y festejaron la inocencia de la primera juventud, la infancia. Yo la festejo dándoos a vosotros un resquicio de esa magia. Quien lea estos cuentos (en su formato original), podrá entender de lo que hablo.

PETER PAN, JM BARRIE

¿Quién no ha soñado ser, alguna vez, el chiquillo encantador que surcaba los cielos y vivía en un país donde el tiempo no pasaba? Enfrentarse al Capitán Garfio, jugar con las sirenas, enfadar a Campanilla, buscar el tesoro con los Niños Perdidos, bailar con los Indios Pieles Roja...
Peter Pan recoge toda la magia de la infancia, toda su luz, todos sus juegos y todas su visiones, desde la alegría dolorosa hasta el desgarro de crecer, y nos hace recordar que el espíritu de la niñez siempre anda volando en torno a nosotros.


ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS, LEWIS CARROLL

Otro de los mundos que todos, siendo niños, hemos deseado pisar, El país de las maravillas. Alicia, modelo de esa infancia inconsciente, curiosa, traviesa e inocente, desciende por un agujero, siguiendo a un conejo blanco con guantes, hasta el país de las maravillas. El director de cine Tim Burton lo reflejó muy bien cuando hizo decir a la pequeña Alicia que "había tenido una pesadilla", pues Lewis Carroll imaginó para Alicia, no un mundo maravilloso de ensueño, sino el mismísimo Infierno. Siendo un libro infantil, no deja de recoger oscuras imágenes del alma. Pues, ¿Quién iba a imaginar que el conejo blanco era sólo un enviado del Diablo que nos sumergía en el lado oscuro de la belleza?
Alice Liddell, la niña que inspiró Alicia

HEIDI, JUANA SPYRI

Heidi, la niña que jugaba con las cabras, encarna el prototipo de niña encantadora, inocente y amante que, arrancada de sus abuelos, es obligada a vivir en una ciudad donde su única amiga es una niña en silla de ruedas que jamás ha conocido a otro niño. Un libro sobre la humildad, el amor, la amistad y la fraternidad, donde se demuestra que un niño puede enseñar a un adulto y hacer la vida mucho más mágica. Juana Spyri escribió también una segunda parte de este clásico, Otra vez, Heidi, donde la niña, ya en los Alpes, recibía la visita de su amiga de la ciudad, e intentaba ayudarla a volver a andar. Quizás la adaptación más famosa sea la serie japonesa de dibujos, pero, realmente, el libro es mucho más hermoso y mucho más especial.

EL PRINCIPITO, ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRI

Es un libro especial, escrito para niños pero que sólo lo pueden entender los adultos. Hace una metáfora del amor, de la amistad, de lo importante de los sueños y de los niños, ya que dan a entender que, cuando estos se convierten en adultos, pierden todo lo maravilloso que les regaló la infancia. El rey, el geógrafo, el zorro, la rosa o la serpiente son personajes de importancia... incluso el cordero lo es, ya que nos ilustra sobre lo maravilloso de ser niño. Al fin y al cabo, sólo con el corazón puedes ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos...

EL VIENTO EN LOS SACUES, KENNETH GRAHAME

Una historia sobre la amistad, la lealtad, la sencillez, lo maravilloso de la vida... Un topo sale de su guarida y se encuentra a una rata de agua. Se hacen amigos y se va a vivir con él (es una rata macho). Conocen así, a diversos personajes y viven varias aventuras juntos. Escrito en un lenguaje llano, es un fiel reflejo de la sociedad inglesa del siglo XIX y principios del XX, y sin resultar moralizante, nos da consejos sobre como llevar mejor nuestra vida. Entremezcla poesía y sentido del humor, en una historia tan bella como dulce. Sólo hay que llegar a la charca del Sapo y empezar a nadar...

Y ahora, conviértase otra vez en niños, déjense llevar, volando, hacia la segunda estrella a la derecha, hacia el planeta donde crece una rosa, hacia la fosa del conejo blanco, hacia las montañas o hacia el nenúfar del Sapo y vuelvan a sentirse llenos de magia y dulzura... la infancia es la mejor etapa para ser feliz.

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