domingo, 3 de marzo de 2013

70 veces 7...

...debemos perdonar. Eso harían un total de 490 oportunidades (...)



"Perdón", "Lo siento", "No era mi intención", "No pretendía...", "No imaginaba que..." e infinitas posibilidades más de contraseña a la redención. ¿Nos paramos a pensar en la simpleza de lo que decimos? Me explico: tu hermano pequeño de 3/4 años coge de tu lapicero prestado un bolígrafo, lo rompe y te pide perdón. Un chaval se bebe una copa de más, estrella el BMW nuevo de su padre y le pide perdón. La ex novia de tu hijo pierde la cabeza cuando este la deja y le pega un tiro y pide perdón. Perdón. PERDÓN. ¿Se puede saber cómo equiparamos situaciones tan dispares con una simple palabreja? 

Pero sin irnos a situaciones tan dramáticas como la última, aquí todos debemos perdonar, ¿eh? Ya te hayan roto el corazón, ya se hayan ensañado, ya te hayas dejado la piel en seguir adelante... "No, no. A ver, tú tienes que aprender a perdonar, a seguir adelante, superarlo y ver todo con normalidad, y así te liberar..." Ehm. NO. Yo qué queréis que os diga, me lío a gritar y a maldecir y a romper cosas y me quedo mucho más tranquila.

También está el famosísimo y muy recurrido: "No, verás, es que yo... Perdono pero no olvido" (Levanta el puño, musiquita de misterio). Estamos en las mismas. Que decir "te perdono" es muy fácil. Otra situación melodramática de las que me gustan a mí: discusión pasional:

-Cariño, yo no quería, yo... Lo siento tanto. No volverá a pasar.
-Ay, Fulanito, qué decepción. No sabes cuánto me duele esto...
-Pero Mengana, de verdad, que no se repetirá... (se arrodilla y todo).
-¡¡Con Zutana nada más y nada menos!!
-Mengana, te lo prometo, ni una vez más. Perdóname...
-Está bien, Fulano. Esto ha sido un gran golpe, pero lo intentaré. Sí, te perdono. 
(Beso romántico, todo muy romántico [puaj, puaj, telenovela mala]).

-Pasan unos meses. Discusión tonta por cualquier sandez: A Fulano se le ha olvidado bajar la tapa del retrete-:

-¡Fulano! ¡¡Otra vez!! Me tienes taaaan cansada. 
-Mengana, no te pongas así, no es para tanto... No volverá a ocurrir.
-¡CLARO! ESO ME DIJISTE LA SEMANA PASADA. ¡¡COMO CON ZUTANA!! SEGURO QUE CON ELLA TAMBIÉN REPITES... (Se coloca el dorso de la mano en la frente, al borde del desmayo).
-Pero Mengana, no saques las cosas de quicio. ¿A qué viene eso ahora? ¡¡Dijiste que me perdonabas!!
-Es que yo... (el puño y la musiquita no pueden faltar) Perdono pero no olvido.

¿Pero esto qué es? ¿Perdono pero no olvido? Decir que perdonas pero guardarte el rencor ahí, con el pañuelo de tela en el bolsillo para sacarlo cuando te convenga no es perdonar, ¿eh? 

Yo es que opino que perdonar es algo muy personal... Tienes que sentirlo. Y evitar que esa vocecilla interior (todos la tenemos, no me miréis como si estuviese loca), cuando esa persona cometa algún error otra vez -que lo cometerá, somos humanos- te susurre con voz de maruja: "¿Lo ves? Te avisé. Sí, sí. Ahora lo aguantas tú. Venga, recuérdaselo. Ya que te escuece a ti, haz que sienta lo mismo..." (Se cierra la bata muy digna). Creo que perdonar ni siquiera es algo que controlemos del todo... Cuando no te asaltan los malos pensamientos que te reconcomen y te tienen inquieto; cuando el hecho de confiar no te parece que es un sacrificio o una heroicidad por tu parte. Algo así debe de ser perdonar... Pero costar, ha de costar muchísimo.

Y aun así, parece que si no decimos el obligado "te perdono", somos impíos y pétreos. ¿Pero quién nos creemos? ¿Qué nos da derecho al "Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti"? Ni a ti, ni a mí, ni al cura, ni a la deidad que nos vendan. Errar erramos todos. Perdonar, deberíamos perdonar todos... Pero a mí no siempre me resulta posible. 

Parece como si negar el perdón a alguien hiciese que este ardiese en los infiernos. Jolín. Que perdón es una palabra. Prefiero admitir que no soy capaz de perdonarlo -y olvidarlo- todo a darle a alguien el perdón como si fuese un billete de cambio y que la vocecilla se me indigne. 

Y hasta aquí mi tragicomedia sobre el "lo siento". Espero que os haya gustado, si no... Venga, va. Os perdono... ¡¡Pero no olvido!! (Musiquita. Puño).




No hay comentarios:

Publicar un comentario